La cantidad
de calorías que ingieren los gatos y la falta de ejercicio o sedentarismo
pueden provocar un desorden que puede llevarlo a la obesidad, acortando incluso
sus expectativas de vida..
Causas de
obesidad en felinos
La causa más
común es la sobrealimentación. Si las calorías consumidas exceden a las
calorías gastadas, el gato engorda. Una manera de tener controlada la ingesta
de calorías es suministrarles sólo alimentos envasados y formulados
especialmente para gatos, así como dejar de lado las golosinas.
El
envejecimiento es otro de los problemas más comunes. A medida que el gato se
hace mayor, la tasa de metabolismo es más lenta, las articulaciones pueden
llegar a doler y se vuelven menos activos. Todo esto puede dar lugar a la
obesidad en un gato de avanzada edad.
Descubrir a
tiempo la enfermedad
Al igual que
los humanos, las mascotas deben velar por mantener un peso ideal, ya que la
obesidad animal puede provocar las mismas dificultades médicas que en el hombre
e, incluso, provocarles la muerte. Sufren el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares, diabetes, artritis, hipertensión, asma, desórdenes
gastrointestinales, enfermedades del hígado, de la piel, y problemas en la
reproducción. Además, los gatos obesos tienen una expectativa de vida más corta
que los gatos que mantienen un peso dentro de los rangos de normalidad.
Para saber
si tu gato se encuentra obeso, un indicador aproximado es palpar sus costados.
Debes ser capaz de sentir las costillas una por una, tienes que poder
contarlas. Otra manera es mirar a tu gato desde arriba: debes ser capaz de ver
su cintura, tu gato debe tener la forma de un reloj de arena o similar. La
mejor manera para ayudarlo a bajar de peso es acudir a tu veterinario, quien te
hará un plan de alimentación y ejercicios acorde a la raza y edad de tu gato.
Lo normal es
que un gato adulto pese entre 3 y 5 kilos, aunque las razas grandes pueden
llegar a superar los 6 kilos. Las hembras suelen pesar menos que los machos.
Es necesario
considerar que hay ciertas condiciones en un gato adulto que pueden
favorecer la ganancia excesiva de peso y llevar a un estado de sobrepeso u
obesidad, por ejemplo, con respecto a la genética, los descendientes de obesos
tendrán una mayor predisposición, al igual que los animales que desciendan de
la cruza de dos razas diferentes.
Además, los
gatos castrados tienen una mayor tendencia a padecer obesidad, debido a que los
cambios hormonales disminuyen sus requerimientos energéticos, situación que se
observa también en las gatas castradas. Por esto, se aconseja que,
inmediatamente después de practicada la cirugía, se comience con una
alimentación con menos calorías y se controle el consumo de alimentos.
Ya en la
edad avanzada, se producen alteraciones en la composición corporal, los felinos
-al igual que nosotros- pierden masa muscular con un aumento de grasa, por lo
que debe controlarse su peso y estado corporal para compensar estos cambios sin
afectar su salud y bienestar.
En los
trastornos de obesidad felina -como en muchos otros-, el mejor tratamiento
consistirá en la prevención durante su crecimiento y desarrollo.
Recomendaciones
para evitar la obesidad
* Realizar
evaluación corporal de forma periódica por un médico veterinario que incluya
peso, dosis del alimento y frecuencia diaria de alimentación según raza, peso y
edad del animal.
* No dar
comida casera.
* Dar
abundante agua.
* No
sobrealimentar a las mascotas. Eliminar todo tipo de golosinas que no hayan
sido formuladas para mascotas.
*
Incrementar la actividad física. Una forma de hacerlo es mediante la
utilización de juguetes, para estimularlos a realizar movimientos rápidos e
impredecibles.
* Pesar a la
mascota cada dos semanas durante el proceso de adelgazamiento.
* Asegurarse
de que nadie le de alguna comida adicional al gato que esté en tratamiento, y
que no tenga acceso a otro tipo de comidas.
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