lunes, 28 de noviembre de 2011

Los perros mas nobles que hicieron historia


En el transcurso de la historia se ha conocido que la lealtad del perro continua después de la muerte de su amo. La devoción y este profundo sentimiento de fidelidad les lleva a permanecer por años en la búsqueda, o mejor dicho, en la espera de ese amo ausente. A continuación presentaremos las historias de esos grandes amigos que no conocen del adiós de un ser querido. Y de muchos otros que han salvado vidas demostrando no solo su sentido de precognición sino también su invaluable nobleza y heroísmo.

Orión
Estado Vargas, Venezuela

Durante la fatídica noche del miércoles 15 y la mañana del jueves 16 de diciembre del año 1999 la valentía de Orión un perro de raza Rottweiller, salió a flote, salvando 37 vidas entre ellos, niños y ancianos en la tragedia de Vargas. Orión, mascota de Mauricio Pérez, se convirtió en rescatista en aquel desconsolador momento, cuando la riada alcanzó su residencia destruyendo todo a su paso en el sector donde vivían en Cerro Grande, Naiguatá, Estado Vargas, Venezuela. Se dio a conocer a través de medios de comunicación locales, que el perro desde tempranas horas se encontraba ladrando muy nervioso, pues su instinto le decía que se avecinaba una catástrofe de incalculables proporciones. Horas más tarde cuando la avalancha de agua los obligó a abandonar su residencia e ir a un sitio seguro, el valor y coraje de este hermoso perro se puso a prueba.
Orión salvó a una pequeña niña de ocho años que era arrastrada por las aguas, todos pensaban que el perro se había vuelto loco al verlo saltar y nadar entre las turbulentas aguas que traían troncos y piedras y nunca llegaron a pensar que era el inicio de una de las hazañas de este héroe canino que no dudo ni por un segundo demostrar su valentía.
Orión permanecerá intacto en el corazón de todos los venezolanos
Algunos de los vecinos gritaban al verlo nadar al lado de la niña y cuando abrió la boca pensaban que mordería gravemente a la menor, más no fue así, lo hizo de una manera tan suave por las ropas que ningún daño le causó y la trajo a la orilla. Las personas se quedaron atónitas y no salían de su asombro. Posteriormente saltó nuevamente y sacó a una segunda niña de 14 años de las aguas y luego ayudó a ocho niños a subir a sitios altos. Así pasó la noche del miércoles y parte de la mañana del jueves hasta que los testigos de tal hecho contabilizaron que “Orión” rescató a 37 personas de morir ahogadas desde una pequeña de ocho años hasta un anciano de 80 años, y esto lo realizó como respuesta a un natural sentimiento de solidaridad hacia los humanos. Su actuación fue increíble y por eso hoy es recordado como el “Gran Perro de Rescate”.
El sábado 26 de febrero del 2000 se llevó a cabo un reconocimiento oficial en el salón Andrés Eloy Blanco en el Palacio Municipal de Caracas por el noble y exitoso esfuerzo realizado por numerosos voluntarios y organismos del estado y en especial al Héroe Canino “ORION” por salvar vidas humanas. Fue condecorado y recibió una medalla de “HONOR AL VALOR”, cinta azul y un diploma por el rol desempeñado que manifestó la fidelidad y nobleza de su raza durante la riada que acabó con la vida de miles de personas en el litoral guaireño de Venezuela.
Tristemente el lunes 1 de diciembre del año 2008 “Orión” el perro rescatista falleció a causa de una gastroenteritis intestinal. Sin embargo, su recuerdo permanecerá intacto en el corazón de las 37 personas que salvó y en todos los venezolanos que recordamos su historia.

Perro fiel
Japón
Es una verdad universal que los perros son el mejor amigo del hombre, pero esta historia nos demostró que de sus pares también lo son. Ante la lamentable situación ocurrida en Japón, el pasado 11 de marzo de 2011, medios de comunicación social de ese país se abocaron a transmitir imágenes de las devastadoras consecuencias que había dejado a su paso el fuerte terremoto y tsunami que los azotó.
Fidelidad máxima
Fue así como medios locales que se encontraban cubriendo algún tipo de noticia se percataron de que un perro llamó con sus ladridos la atención de los reporteros y los hizo caminar hacia unos escombros, para que notaran que allí, se encontraba otro perro herido que necesitaba de ayuda. El perro protector no se separó ni un segundo de aquel herido animal y fue a través de la solidaridad y nobleza de este gran perro que lograron salvar la vida de su otro amigo.

Leao
Teresópolis, Brasil

En Teresópolis, un perro cuyo nombre es “Leao” (que significa “León” en portugués) sigue junto a la tumba de su dueña Cristina Maria Cesario Santana, quien fue una de las más de 630 víctimas mortales de las inundaciones y aludes del 17 de Enero de 2011 en el estado carioca.

Canelo
Cádiz, España

A finales de la década de los 80, era común ver a un hombre caminando acompañado de su perro, de nombre “Canelo”, en la ciudad de Cadiz, España. El hombre solía asistir al Hospital Puerta de Mar para ser tratado de problemas renales, mientras “Canelo” lo esperaba en las afueras. El hombre salía de su diálisis, y juntos se dirigían a casa. Esa era una rutina que habían cumplido durante mucho tiempo.
Canelo permaneció en las afueras del hospital a la espera de su amo durante 12 años
Cierto día el hombre sufrió una complicación en medio de su tratamiento, los médicos no pudieron superarla y éste falleció en el hospital. Mientras tanto “Canelo” como siempre, seguía esperando la salida de su dueño tumbado junto a la puerta del centro de salud. Pero su dueño nunca salió. El perro permaneció allí sentado, esperando durante 12 años. Ni el hambre ni la sed lo apartaron de la puerta. Día tras día, con frío, lluvia, viento o calor seguía acostado en la puerta del hospital esperando a su amigo para ir a casa. Los vecinos de la zona se percataron de la situación y sintieron la necesidad de cuidar al animal. Se turnaban para llevarle agua y comida, incluso lograron la devolución e indulto de “Canelo” en una ocasión en que la perrera municipal se lo llevó para sacrificarlo.
La incansable espera de “Canelo” se prolongó hasta el 9 de diciembre del 2002, en que murió atropellado en las afueras del hospital. La historia de Canelo fue muy conocida en toda la ciudad de Cádiz. El pueblo gaditano, en reconocimiento al cariño, dedicación y lealtad de Canelo puso su nombre a una calle y creó una placa en su honor.

Gaucho
Durazno, Uruguay

En la década de 1960 y primeros años de la siguiente transitó por las calles de Durazno el perrito “El Gaucho”, transformándose en una verdadera leyenda viviente para los vecinos de esa ciudad uruguaya. Un día su amo enfermó y fue trasladado de urgencia al Hospital Dr. Emilio Penza a causa de una grave enfermedad.
El merecido reconocimiento de el "Gaucho"
Por esto, Gaucho decidió recorrer más de 50 kilómetros hasta el hospital en el que estaba recluido su amo y permaneció acompañándolo sin alejarse del lugar. Los vecinos y personal del hospital lograron conocerlo por su inseparable presencia y su gesto de nobleza. Cuando su amo falleció, en la sala escucharon al Gaucho aullar con remordimiento al igual que días atrás cuando su dueño se quejaba de algún dolor que sufriera.
Aquel perro de pelo casi oscuro y de ojos tristes lo acompañó durante su velatorio y hasta el lugar donde recibiría santa sepultura. Durante más de 30 días el Gaucho custodió aquella tumba para luego salir en las mañanas a recoger algún alimento que el pueblo le brindara. Recorría las calles, para volver de tarde otra vez junto a la nueva morada de su amo, allí en el Cementerio. Esto es así todos los días hasta su muerte ocurrida en el año 1999. Los pobladores de Durazno erigieron un monumento en bronce en honor al amor incondicional y fidelidad de este noble perro. El mismo se encuentra al frente del cementerio local, donde descansa su querido dueño.

Alicio
Monte Cristo, Argentina

Hace ocho meses, un vecino de la provincia cordobesa de Monte Cristo, en Argentina, llegó de emergencia al hospital de esa localidad y debido a su grave estado, el hombre, que llegó acompañado de su fiel mascota, murió.
El noble Alicio espera pacientemente el regreso de su amo
Desde ese día, el pequeño acompañante del fallecido, un perro “callejero”, se ha mantenido en la puerta del hospital, como si esperara que su amo salga a darle el encuentro. Un grupo de voluntarios, llamado “Uniendo huellas”, lo alimentan y se asombran de la gran lealtad de este perro, que ha sido dado en adopción varias veces, para siempre escaparse y regresar a las afueras del hospital. Duerme en el depósito del dispensario y la doctora Alicia Delgado ya lo adoptó como si fuera su “hijo postizo” (de ahí su nombre Alicio).

Bobby
Edimburgo

Bobby era el terrier de un policía de la ciudad de Edimburgo llamado John Gray. Ambos estaban siempre juntos y ya era famosa en la zona la cantidad de trucos que Bobby sabía realizar. Desafortunadamente, un 15 de Febrero de 1858, Gray muere de tuberculosis.
Durante el funeral Bobby permanecería siempre presente, y seguiría al cortejo hasta el cementerio de Greyfriars Kirkyard. Lugar donde descansarían los restos de John y donde además, en un acto de fidelidad extrema, Bobby pasaría el resto de los 14 años que le quedaban de vida de guardia sobre la tumba de su fallecido amo.
Bobby no quiso separarse de la tumba de su dueño, y no se apartó de allí nada más que para ir a la taberna cercana para ser alimentado. Con el pasar de los años creció la fama de este noble y fiel amigo, a tal punto que en 1867 el mismo Lord Provost de Edimburgo, Sir William Chambers, intervendría personalmente para salvar a Bobby de la perrera y además, para evitar futuros accidentes de este tipo, declararía al fiel can como propiedad del Consejo de la Ciudad.
Como algo excepcional, el perro fue enterrado en el mismo cementerio y cerca de su amo. Su historia y su figura son muy queridas y conocidas en la ciudad, y tanto su collar como su plato de comida se encuentran hoy en el Museo de Edimburgo.

Fuente consultada:
http://www.rescate.com/orion.html
Lic. Mariela Delgado G.

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